Esta fue mi catarsis personal...

Prácticamente toda mi vida profesional ha estado ligada al mundo de las ventas y más en concreto a la venta directa a través de la puerta fría.

Digo que adoro la venta porque al fin y al cabo la vida es una venta continua sin embargo y gracias a una crisis personal descubrí cómo la asesoría de imagen podía ayudarme no sólo a sentirme más segura de mi imagen personal sino además también a alcanzar mis metas profesionales en menos tiempo.

En el 2014 viví una auténtica crisis personal que pasaba por no reconocer a la persona que se reflejaba en el espejo, me sentía muy insegura con mi imagen, me cambiaba una y mil veces de ropa antes de salir de casa y el estrés que sentía cada mañana por tener qué elegir que ponerme me estaba minando muchísimo .

Trabajaba en ventas así que te puedes imaginar que aquello de causar una buena impresión y además captar la atención y confianza de mis clientes lo llevaba de la mano. Pero, ¿cómo transmitirles confianza a ellos si yo misma no me sentía segura?

Cada mañana me enfrentaba a un armario lleno a rebosar de ropa, por aquel entonces un vestidor toda una habitación para mí, y aún así no encontraba nada que me llenara, que me hiciera sentirme fuerte y por supuesto con lo que me encontrara cómoda y tan yo que me sintiera capaz de comerme el mundo si así me lo proponía.

Así fue como caí en el error de dejarme arrastrar por las redes sociales en busca de inspiración. Me dedicaba a imitar lo que veía en la pantalla sin entender que por más que viera a la chica “mona” de turno eso no iba a funcionar en mí.

Sabía que ahí estaba la clave de todo. El entender por qué yo no me veía bien en el espejo así que empecé a interesarme por esto de la imagen personal intentando salir de una espiral autodestructiva en la que estaba metida.

Gracias a la Asesoría de Imagen empecé a conocerme, a entender qué me pasaba, a descubrirme y a reinventarme. Experimenté en mi propia piel de qué manera mi autoestima volvía y mi seguridad era cada día más grande.

Decidí dedicarme al mundo de la imagen de manera profesional para guiar y ayudar a otras mujeres, que estaban pasando por situaciones parecidas, a recuperar la confianza y la seguridad en su imagen.

Porque te puedo asegurar que cuando pierdes la autoestima o la seguridad en tu imagen te vuelves y sientes pequeña. Y eso se transmite a todos los ámbitos de tu vida, incluido el profesional.

Todos comunicamos con nuestra imagen

Soy firme defensora de que nuestra imagen comunica quiénes somos. Sin embargo muchas veces ese mensaje poco o nada tiene que ver con lo que decimos qué somos o a qué nos dedicamos. Es en ese momento cuando perdemos toda nuestra credibilidad.

Vivimos en  una sociedad dónde la primera impresión cuenta muchísimo (y esta se arma en tan sólo 7 segundos), juzgamos y somos juzgados por nuestro exterior y eso hace que el 85% de la comunicación que el otro recibe se basa en la imagen que proyectamos, no en lo que dices qué eres.

Piénsalo un momento, ¿cómo te comportas cuando te sientes segura de ti misma? ¿y cuándo te sientes insegura? Seguramente tu forma de expresarte, hablar o incluso caminar cambia por completo. Te sientes pequeña y vulnerable y quieres hacer el menor ruido posible, que tu presencia pase inadvertida por completo. Y no se trata de llamar la atención, se trata de no hacerte y sentirte pequeña.

Llevo más de una década ayudando a las mujeres a recuperar esa fuerza y confianza en su imagen. Porque cuando te ves bien, te sientes bien y te vuelves imparable ya sea para enfrentarte a tu día a día más cotidiano o para ir a por todas y lograr tus metas profesionales.